Un día inmejorable en todos los aspectos para esta ruta, que en estas fechas, por temperatura, clima, y los días anteriores, en los que ha llovido algo; hacen que el Valle de Lecrín luzca precioso.
Comienzo la mañana con un retraso de once minutos, al que ya estoy acostumbrado en otras ocasiones, por motivos personales.
Conectamos con el grupo a la altura de Las Gabias.
Pero en esta ocasión, no era por mis razones cotidianas. Fue por un malentendido con Alex, que venía a la ruta con su flaca, para salir conmigo y con todos los amigos de Veloclub.
Resultó que cuando empezó a ver a gente, conocía a unos pocos. Y le gustó tanto el ambiente, la ruta, y el reencontrarse con viejos amigos, que quiere repetir de nuevo en más ocasiones. E incluso está pensando en salir con más asiduidad.
Me alegra mucho esto, y que vuelva a salir, también. Y si salimos juntos, mejor aún.
Se portó muy bien para el tiempo que lleva sin coger la bicicleta con la seriedad que la está cogiendo ahora.
Parece que vuelve a conectar de nuevo con este mundillo, aunque no sea como hace unos años, en los que se lo tomó demasiado en serio. Y mejor así. Es más sano, física y mentalmente. Y se disfruta más. Lo que otros hacen, es obsesión por un deporte que si se toma de las formas en que se lo toman algunos, se hace insano. Y no merece la pena. Más aún si no se cobra por ello, ni nadie obliga a hacer algo forzado.
Esta ruta, que comienza bajando; a excepción del Puerto del Suspiro del Moro. En este puerto grabé mi primer vídeo de la subida de todos los componentes del grupo que ibamos a Las Albuñuelas.
Otro puerto antes de la bajada, es el de Las Albuñuelas.
La ruta tiene un recorrido no muy exigente, pero que depende como se haga, hace daño en las piernas para la vuelta.
Al llegar a Saleres, se pasa muy cerca de Pinos del Valle, que queda en el desvío, o cruce de carreteras, cuando se llega a Restabal; a la derecha. Con esto, se pasa por localidades muy bonitas, y emblemáticas de esta zona.
Se continua un poco más, y se llega a Melegís, para parar en un lugar muy conocido de los ciclistas. Y lugar de parada de muchos para desayunar algo, o reponer fuerzas, y líquido.
Es el Restaurante Los Naranjos.
En el Mirador que hay justo en frente del restaurante, se hicieron unas fotografías de grupo, y hubo lugar para un rato de cachondeo, en el que como no iba a ser uno de los protagonistas Francisco Galdón.
Es muy buena gente, y le gusta el cachondeo como a la persona que le gusta la vida simple y llanamente. Le gusta difrutar de la vida con la gente. Y de vez en cuando un rato de descanso nunca viene mal. ¡Jajajajaja!.
Al salir de Melegís, grabé mi segundo vídeo.
Después de esto, se regresa por Lecrín, o Talará, se pasa por Niguelas, Dúrcal, y Padul, para llegar a Las Gabias, Churriana, Granada, y Maracena. Excepto cuando se corona de nuevo el Suspiro del Moro, y la zona de la Vega de Granada, casi toda la vuelta, es en subida, más o menos continua.
En la subida hacia Niguelas, cerca de la zona del Puente sobre el Río Torrente, me encontré con el grupo de amigos que suelen ir con mi amigo Juanjo. Estos iban en MTB hacia la costa. Íbamos en el grupo cabecero apretando un poco hacia arriba, saliendo de Talará. Pero yo paré a saludarlo y a hablar un poco con él.
Iba en una MTB, pero tándem.
Después realicé la subida hacia Niguelas con Pilitriki. Y en la rotonda del Mercadona de Niguelas, paramos para reagruparnos con los de atrás, y seguir subiendo y encontrarnos con los que iban por delante.
A partir de un punto, ya seguimos todos juntos, camino de Maracena.
Aquí es un buen lugar y un buen momento para poner las imágenes del día. Hay muchísimas. 225.
Acabada esta parte, paso a la ruta de montaña que relizaron dos amigos. Rafa y Arturo relizaron en este día una ruta larga, y más o menos dura, además de rodadora, en la que salen bastantes kilómetros en un tiempo más que aceptable.
Este recorrido por la Alfaguara, y Sierra de Huétor, recorriendo muchos de sus rincones bonitos, y emblemáticos, como el Cortijo del Chorrillo, Las Mimbres, Prado Negro, casi llegando a Diezma, es bien bello.
Y hay que contar con lo que se hace antes, que pasa por el Pantano del Cubillas, Camino de Piedra, desde la Estación de Calicasas, hasta el desvío que sale a el Camino de los Olivos, o del Cortijo del Duro, en su parte final, conectando con Cogollos Vega.
A esta parte del camino le han puesto un nombre, un grupo de Maracena. El mismo que el del grupo. La denominan el Camino de los Hurones. ¡Jejejeje!.
Desde Cogollos se sube por el Sendero o Camino de Carialfaquín, hasta salir a la zona de Polvorite. Y por la Cañada del Sereno, se sale a el Cortijo del Chorrillo.
Se hace un trozo de carretera hasta la zona de la Venta del Molinillo. Entrando por la Ermita del Santo Manuel, se empieza a subir un puerto que se hace duro si no se va bien de piernas, para salir a Los Sillares.
De allí a la zona de Prado Negro, Alfaguara, y bajada por Carialfaquín, o por donde se quiera. El camino de regreso, a gusto de cada uno. Puede ser el mismo que de ida, o por la zona de Víznar, o Nívar. Hay muchas elecciones para la vuelta.
Aquí voy a poner el enlace que me envía Rafa, de el sitio de Strava, para que se vea la ruta que hicieron estos dos "abuelos".
Aunque ya quisieran muchos jóvenes estar la mitad de fuertes que están ellos dos.
MARACENA - SILLAR ALTO. STRAVA
Y aquí, las fotografías de la zona, en las que escogieron el lugar más verde de la zona, o los lugares con más verdor, aprovechando la Primavera.
IMÁGENES LOS SILLARES
Y FIN DE PUBLICACIÓN. ¡HASTA LA SIGUIENTE, QUE SERÁ PRÓXIMAMENTE!.
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